Es curioso cómo cambian los tiempos.
Años atrás, las iglesias eran uno de los lugares más respetados y concurridos
de las ciudades. Ahora, sin embargo, cada vez es menor el número de personas
que asisten a ellas, sobre todo, entre las generaciones más jóvenes. Pero esto
no es un impedimento para aquellas personas que sienten una vocación especial y
se ven atraídas por los lugares sagrados y el mensaje que en estos se transmite.
Un ejemplo de ello es Rafael Arnaiz Barón, monje burgalés perteneciente a la Orden de la Trapa , cuyo nombre lleva con
orgullo la parroquia del barrio de Vista Alegre (G3) de Burgos.
Rafael Arnaiz nació en el año 1911.
Llevó una vida ejemplar tanto a nivel académico como espiritual. En 1934
decidió dedicarse por completo a su vocación ingresando en el Monasterio de San
Isidoro de Dueñas, conocido también como La Trapa ,
lugar que tuvo que abandonar en contadas ocasiones por sus graves y frecuentes
problemas de salud. Murió en este lugar en 1938, a la edad de 27 años,
dejando tras él uno de los legados místicos más importantes y destacados del
siglo XX.
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Hermano San Rafael |
Su modélica forma de vida y sus enseñanzas le hicieron merecedor de la beatificación en 1992, llevada a cabo por el papa Juan Pablo II. Trece años más tarde comenzó el proceso de su canonización, la cual celebró el papa Benedicto XVI en 2005 en
Como se puede suponer, esta fue una
magnífica ocasión para dar a conocer el nombre del Hermano Rafael, también
fuera de España. Y es que hay más personas como él. Personas que sienten que
tienen su lugar en un monasterio, una iglesia, un convento, pero que no se
atreven a dar el paso final, ya sea por miedo, presión u otros motivos, ya que
parece que en la sociedad actual los caminos religiosos cada vez están más
cerrados. Aún así, siempre hay medios para conseguir lo que uno se propone, por
muy difícil que parezca.
El ejemplo del Hermano Rafael
demuestra que todavía no está todo perdido, que siempre hay un camino para la
fe y gente dispuesta a luchar por él. Esto es lo que hace que te levantes cada
mañana aunque veas el horizonte oscuro. Esto es lo que quiere transmitir la
parroquia del Hermano San Rafael, que, a pesar de que la situación de la Iglesia en nuestros días
no sea la más próspera, debe mantenerse ahí para cumplir con sus feligreses y
con todas aquellas personas que, como Rafael, buscan algo mejor.
Carmen Baragaño
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